Millones de razones para indignarse. Desde hace más de un mes, Elva Rotela, una paciente de 71 años, aguarda con suma urgencia una intervención quirúrgica cardiaca. Sus familiares tuvieron que comprar la válvula y otros insumos para la operación, pero el procedimiento sigue postergado.
Alba Baeza, hija de la paciente, cuenta que su madre tuvo un infarto el 29 de diciembre y desde ahí inició el vía crucis para la cirugía.
La paciente primero estuvo internada en IPS de Hohenau, de donde son oriundos, para luego pasar al de Encarnación. Posteriormente, desde enero, está internada en sede Central.
En el centro asistencial le realizaron un cateterismo de urgencia y luego la paciente pasó a terapia donde estuvo dos semanas.
“Se le hizo unos estudios y salió que necesitaba cambio de válvula y un bypass. De ahí nos mandaron a hacer otros estudios porque a mi mamá le agarró virus hospitalario KPC”, detalló Baeza.
Sin embargo, el virus KPC, no generó una infección en el cuerpo de la hospitalizada.
Gasto. Baeza y su familia recibieron la noticia de que su madre debería de operarse cuanto antes, ya que su corazón no funcionaba bien.
“Nosotros para conseguir la fecha de operación de mi mamá tuvimos que comprar la válvula. IPS tenía que ponerle eso a mi mamá, pero le dijeron que no tiene”.
Además de la válvula, cuyo costo es de G. 22.500.000, tuvieron que comprar también los insumos. El total de gastos para la intervención quirúrgica ronda los G. 25 millones, contó.
Con todos los insumos en mano fueron para la primera fecha, que era el 2 de febrero. Según contó Alba, si no tenían esos elementos no se realizaría la operación.
“Ese día le suspendieron supuestamente porque había otros pacientes más graves. No sirvió de nada comprar y llevar todo”, dijo con rabia.
Para ayer estaba prevista nuevamente la intervención. Como película repetida volvieron a llevar nuevamente todo lo necesario. Sin embargo, la operación se suspendió de nuevo.
En este punto, según contó Baeza, entre área de Clínica Médica y cardiocirugía se culpan mutuamente por la suspensión de la intervención.
“Nos tienen como juguete. Aparte del gasto inmenso que tuvimos para comprar todo, estar acá en el hospital desde hace más de un mes tiene su gasto”, dijo totalmente hastiada y calcula en G. 150.000 el gasto diario.
También existe el riesgo de contraer una nueva infección hospitalaria, describió. La nueva fecha para la intervención quirúrgica es mañana.
Última Hora intentó obtener las versiones de los responsables de Clínica Médica, Cardiocirugía y de la Dirección Administrativa.
Sin embargo, como suele ocurrir, no dieron ninguna respuesta al requerimiento sobre este caso en particular.