Carlos Fernández Valdovinos, el ministro de Economía y Finanzas, reconoce que el nepotismo es un derroche para el Estado. Sin embargo, se desvincula de esta práctica al afirmar que cada individuo es responsable de sus propios gastos.
El encargado principal de las finanzas públicas del país fue interrogado por los medios sobre los casos de nepotismo en el Congreso Nacional antes de participar en la reunión de la Comisión Permanente, que se llevó a cabo esta mañana en el salón Acosta Ñu del recinto de la Cámara de Senadores.
Carlos Fernández Valdovinos abordó inicialmente el tema de la «calidad del gasto», enfatizando que cada individuo es responsable de la misma. Expresó a los medios que siempre han reconocido este problema.
“Cada uno tiene que ser responsable de los gastos que uno realiza y debería dar las explicaciones a la gente. Nosotros somos funcionarios públicos y tenemos que responder por nuestro actos”, expreso.
En relación con eso, se le preguntó sobre la austeridad estatal, un tema que destaca constantemente en sus discursos. Fernández Valdovinos indicó que es necesario distinguir entre la cantidad y la calidad del gasto, y destacó que, a pesar de la austeridad, es importante continuar invirtiendo de manera más efectiva.
“Cada uno es responsable de los actos, así que no me haga responsable a mí de las cuestiones. Somos responsables de la forma que estamos gastando”, resalto.
“Lo mismo, es un malgasto. Pero, yo creo que tenemos que mejorar la calidad del gasto, Fíjate en lo que es el MEF y critícame si alguno de mis viceministros no tiene la calidad técnica que tienen que tener”, desafío el titular de Ministerio de Economía y Finanzas.
En momentos anteriores, Fernández Valdovinos enfatizó la necesidad de la austeridad estatal para gestionar cuidadosamente los gastos, las contrataciones y la forma en que se gastan los recursos, argumentando que hay muchas necesidades y escasos recursos disponibles.
Además, se destaca que el Congreso Nacional llevó a cabo costosas compras públicas, como la adquisición de 100 computadoras con un valor cercano a los G. 15 millones cada una, y sillas por casi G. 6 millones por unidad.