Osvaldo Bittar, quien renunció como embajador en el Líbano tras casi dos meses en el cargo, explicó en Monumental 1080 AM que lo hizo por malos manejos administrativos.
“No se hizo el traspaso, el corte administrativo, la entrega de las estampillas, de los stickers de visas, de los sellos de seguridad que se ponen encima, de toda la documentación administrativa. Si las cosas no se van a hacer bien, prefiero ir a mi casa”, afirmó.
Cuando estaba por asumir, descubrió una nota del Ministerio Público en la que tres fiscales solicitaban información a Cancillería sobre la entrega de un pasaporte a una persona con procesos por lavado de dinero.
En julio, Bittar pidió una auditoría, pero no obtuvo respuesta. Asumió el cargo sin realizar el traspaso oficial y, más tarde, presentó sus credenciales al canciller del Líbano.
“Yo logré presentar mis credenciales al canciller del Líbano, pero hay una pequeña diferencia. El Gobierno me dice que ya fui acreditado, pero estoy habilitado bajo el riesgo de usar los valores que no fueron traspasados”, puntualizó.
En ese punto, señaló que si empieza a usar las estampillas, los valores, los pasaportes, sin que haya habido un corte con la administración anterior, será él el responsable de todo lo ocurrido en el pasado y podría acarrearle problemas judiciales, civiles o penales.
Bittar expresó su preocupación por firmar pasaportes sin un corte administrativo adecuado, temiendo ser responsabilizado si alguien usa un pasaporte paraguayo para cometer un delito en el futuro.
A pesar de estar en funciones desde el 31 de julio y presentar sus credenciales el 14 de agosto, su antecesor, Fernando Parisi, sigue siendo funcionario con permiso médico hasta noviembre. Bittar sostuvo comunicación con el viceministro Víctor Verdún y Juan Alberto Baiardi, quien le indicó que debía firmar los pasaportes, pero Bittar insiste en que no puede hacerlo sin el corte administrativo correspondiente.