En las últimas jornadas es más difícil seguir lo que está ocurriendo, dadas las restricciones que las autoridades están imponiendo sobre internet.
El Gobierno comenzó el miércoles a restringir internet, con las redes móviles cortadas desde la tarde hasta por la mañana desde entonces, lo que dificulta que manifestantes, periodistas y activistas usen las redes sociales puedan compartir fotos, vídeos e informaciones de acerca de qué está ocurriendo.
A su vez, el Ejercito iraní advirtió de que «está listo» para ayudar a la Policía a hacer frente a los manifestantes «para defender la seguridad nacional».
Los militares calificaron las protestas como «acciones desesperadas de la diabólica estrategia del enemigo para debilitar el régimen islámico», siguiendo al versión gubernamental de que las manifestaciones están incitadas por el «enemigo extranjero» con la intervención de embajadas y servicios de inteligencia de otros países.
A pesar de los cortes de internet y las advertencias de las autoridades de que no permitirán el “caos”, muchos iraníes protestaron anoche de nuevo en numerosos puntos del país.
“No nos puedes matar a todos”, gritaba un manifestante a la Policía en la ciudad de Rudsar, en el norte del país, según un vídeo compartido por activistas y periodistas sin verificar.
Amini fue detenida el martes de la pasada semana por la llamada Policía de la moral en Teherán, donde se encontraba de visita, y fue trasladada a una comisaría para asistir a «una hora de reeducación» por llevar mal el velo.
Murió tres días más tarde en un hospital adonde llegó en coma tras sufrir un ataque al corazón, que las autoridades han atribuido a problemas de salud, algo rechazado por la familia.
Su muerte ha logrado galvanizar a miles de iraníes a través del dolor y la empatía, a diferencia de otras ocasiones en las que las manifestaciones se redujeron a fragmentados grupos sociales movilizados por la economía.
Fuente: EFE.