Arranca otro curso lectivo con déficit en infraestructura escolar. Tras nuevo protocolo del MEC aguardan que se tengan más clases presenciales. Obras que no terminan generan preocupación.
Hasta cincuenta alumnos por grado registran en la escuela Clara Piacentini de Cacace del Bañado Sur. Pero la institución educativa es pequeña y no cuentan con suficientes salas de clase, por lo que tienen que improvisar el regreso a las clases presenciales desde este lunes que viene.
Un gato recostado en el piso del salón de actos observa todo a su alrededor. A pocos metros ya están ubicados los pupitres que van a utilizar los del noveno grado, que no cuentan con aulas para las clases presenciales.
“Acá necesitamos por lo menos dos aulas para el nivel Inicial y una sala para el Tercer Ciclo; tenemos 50 alumnos por grado”, cuenta la vicedirectora del lugar, Elizabeth Chávez.
La institución educativa es la única del sector público en toda la zona, donde la mayoría de los establecimientos educacionales son privados subvencionados.
“Acá abajo es la única que hay. La gente no quiere ir más arriba; nosotros recibimos a todos”, agrega la educadora. Tienen más de 700 alumnos desde el Inicial hasta el noveno grado.
Como el protocolo de retorno seguro a clases aprobado por Salud Pública y el MEC redujo el espacio de distanciamiento en las aulas, de un metro y medio como mínimo a 91 centímetros actualmente, aguardan que todos retomen de manera presencial. “Ni las familias ni los alumnos quieren más a distancia”, cuenta otra docente, Salvadora Ozuna.
Más problemas. La falta de espacios y el mal estado de las salas también afecta a la escuela Pedro P. Peña de la capital, donde actualmente se realizan obras de reparación de las salas, la entrada y los corredores.
Las profesoras esperan que los trabajos culminen para poder limpiar cada salón de clases antes del lunes 21. Las pizarras resquebrajadas, el polvo y los muebles encimados se acumulan en la escuela.
Ante la falta de personal de limpieza, las profesoras serán quienes se encarguen de estos quehaceres.
Las maestras cuentan que ya pidieron la construcción de más salones al MEC y al municipio local, pero no recibieron retorno.
Por crecimiento natural de la matrícula ya necesitan de más salas para los niños y niñas matriculados.
Solo en Asunción faltan construir 119 aulas nuevas y reparar unas 321, según datos recientes del Observatorio Educativo Ciudadano.
La Municipalidad capitalina debió destinar más de G. 28.000 millones para infraestructura desde el 2012 con el Fonacide. Mientras, el MEC debió destinar desde el 2013 a esta parte más de G. 809.000 millones en programas de infraestructura educativa con recursos del Fondo de Excelencia para la Educación.
Grietas. En la escuela Juan M. Frutos de Barrio Obrero, iniciarán las clases con goteras en uno de los corredores.
“Cuando llueve acá es un problema porque se inunda todo; no se terminó bien el techo en esta parte”, lamenta la directora Eliodora Chávez.
El Sindicato Nacional de Directores (Sinadi) tiene como dato que 3.500 escuelas públicas requieren de obras urgentes, entre aulas, pabellones y servicios sanitarios que necesitan refacciones.
FUENTE DIARIO ULTIMA